ANÁLISIS DE DATOS. Aunque la región del Noreste consolidó la inflación acumulada más baja de 2025, la letra chica del informe del INDEC revela una disparidad preocupante: mientras las tarifas de servicios actúan de ancla, el precio de la comida y el transporte viaja más rápido que el promedio nacional.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer ayer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de noviembre de 2025, arrojando una inflación nacional del 2,5%. A primera vista, la región del Noreste (NEA) parece ser la gran ganadora de la jornada, perforando el piso nacional con una variación del 2,4%.

Sin embargo, un análisis riguroso de los datos desagregados muestra una realidad de "dos velocidades". El índice general del NEA dio bajo no porque los precios se hayan detenido, sino por un fuerte "ancla" en vivienda y servicios que maquilla subas muy superiores en los rubros más sensibles para el bolsillo familiar: alimentos y transporte.

El contraste: Servicios planchados vs. Comida caliente

La gran paradoja de noviembre en el NEA radica en la composición de su índice. Mientras que a nivel nacional la división de Vivienda, agua, electricidad y gas saltó un 3,4%, en nuestras provincias (Misiones, Chaco, Corrientes, Formosa) este rubro apenas se movió un 1,8%. Esta diferencia de casi la mitad en los costos fijos del hogar fue determinante para tirar el promedio general hacia abajo.

Pero el alivio en la boleta de luz no se sintió en el supermercado. La división de Alimentos y bebidas no alcohólicas, la que más impacta en los hogares de menores ingresos, subió un 3,2% en el NEA, superando claramente al promedio nacional (2,8%) y al de la región Pampeana (2,7%).

En términos simples: la "inflación de la canasta básica" está golpeando con mayor virulencia en el norte que en el centro del país, aunque el titular del INDEC diga que tenemos el índice más bajo.

El factor estacional: La anomalía del norte

¿Qué empujó los alimentos hacia arriba en el NEA? Los datos apuntan a los productos estacionales (frutas, verduras, ropa de estación).

A nivel nacional, los precios estacionales estuvieron prácticamente congelados con una suba del 0,4%. En el Gran Buenos Aires, incluso bajaron (-0,2%). En cambio, en el NEA, los estacionales se dispararon un 2,4%. Esta anomalía sugiere problemas puntuales de oferta o sobrecostos logísticos para el abastecimiento de frescos en la región durante noviembre.

Otros rubros donde el NEA supera a la Nación

No solo se trata de alimentos. Vivir y moverse en el NEA fue comparativamente más costoso en noviembre en otros sectores clave:

• Restaurantes y Hoteles: Subieron un 3,3% en la región, frente a un 2,5% nacional, un dato a vigilar de cara a la temporada de verano.
• Transporte: Con una suba del 3,2% (vs. 3,0% nacional), el costo de movilidad sigue presionando la estructura de costos regional.

Como contrapartida positiva, el rubro Prendas de vestir y calzado apenas varió un 0,4% en el NEA, alineándose con la estabilidad nacional en este sector.

La brecha del mostrador: ¿Qué es caro y qué es barato en el NEA?

Más allá de los porcentajes, el informe del INDEC permite comparar precios absolutos promedio (el "precio en caja"). Aquí se ve claramente la ventaja de los panificados locales frente a la desventaja de los productos industrializados que pagan flete:

• El Pan, nuestro refugio: El kilo de pan francés promedió $2.191 en el NEA, sustancialmente más barato que en el Gran Buenos Aires (GBA), donde cuesta $3.952.
• Aceite y Limpieza, el costo de la lejanía: Comprar una botella de aceite de girasol de 1,5 litros cuesta $5.284 en el NEA, más caro que en Buenos Aires ($5.182). Lo mismo ocurre con el detergente: $1.892 en nuestra región frente a $1.785 en GBA.
• Carne: La carne picada común muestra una paridad técnica: $7.897 el kilo en NEA contra $8.018 en GBA.

Conclusión Editorial: Un "oasis" estadístico con desafíos reales

Si miramos la foto ampliada de 2025, el NEA tiene motivos para celebrar: es la región con la menor inflación acumulada del año (24,6%), casi 3 puntos y medio menos que el promedio nacional (27,9%).

Sin embargo, el dato de noviembre enciende una luz amarilla. Cuando la inflación baja se sostiene gracias a tarifas de servicios pisadas (1,8%) mientras los alimentos vuelan (3,2%), se genera una distorsión regresiva. El bajo IPC general beneficia a la macroeconomía, pero la suba en alimentos castiga desproporcionadamente a quien gasta la mayor parte de su sueldo en comida.

La tendencia para diciembre dependerá de si se corrigen las tarifas de servicios en la región y si se logra normalizar el abastecimiento de productos estacionales, que este mes jugaron una mala pasada a la mesa de los litoraleños.

DATOS CLAVE

• Inflación NEA Noviembre: 2,4% (La más baja, junto con Patagonia y NOA).
• Inflación Alimentos NEA: 3,2% (La más alta, junto con NOA).
• Inflación Acumulada 2025 NEA: 24,6% (La mejor performance del país).

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