La provincia de Misiones atraviesa una crisis de seguridad vial que ya no puede ocultarse bajo la alfombra de las estadísticas ignoradas. Una vez más, nuestra tierra colorada encabeza el triste ranking nacional de muertes viales, una realidad que venimos denunciando incansablemente desde Fracrán Noticias y que parece no encontrar eco en los despachos oficiales.

La Navidad, lejos de ser una noche de paz, trajo consigo la confirmación de este descontrol. En Wanda, durante los operativos de Nochebuena, se detectó a un conductor con uno de los niveles de alcoholemia más elevados del país, poniendo en jaque no solo su vida sino la de familias enteras que circulaban por la zona. Este hecho no es aislado; es el síntoma de una enfermedad crónica: la falta de control real y de conciencia.

Un saldo doloroso

El balance de las festividades es desolador. Según reportes locales, se contabilizaron al menos 17 ingresos hospitalarios por siniestros viales durante la madrugada de Navidad. La mayoría, como es habitual, involucró a motociclistas. La tragedia golpeó con fuerza cuando se confirmó el fallecimiento de una joven tras un accidente provocado por la explosión de un neumático, un hecho que derivó en su traslado urgente pero infructuoso al Hospital Samic de Iguazú.

¿Gestión o cosmética?

Mientras las rutas se tiñen de sangre, la respuesta institucional parece desconectada de la urgencia. La Dirección Provincial de Vialidad, ahora bajo la conducción de su flamante presidente Nicolás Mazal —recientemente designado por el gobernador Passalacqua—, enfrenta el desafío de demostrar que su gestión irá más allá de lo burocrático.

Hasta ahora, la ciudadanía observa atónita cómo, en lugar de planes de infraestructura agresivos o campañas de concientización de alto impacto, aparecen iniciativas que rozan lo infantil, como la distribución de PDFs con señales de tránsito para colorear. ¿Es esta la estrategia para que los adultos dejen de matar al volante? ¿Esperamos que los niños eduquen a sus padres mientras pintan un cartel de "Pare"?

El silencio que aturde

Desde este medio hemos intentado establecer contacto con las autoridades de Vialidad y Seguridad Vial en reiteradas ocasiones, buscando respuestas, planes, datos concretos. La respuesta ha sido siempre la misma: el silencio.

No necesitamos más colores en un papel. Necesitamos controles estrictos, rutas en condiciones, señalización real (no dibujada) y una política de tolerancia cero que se aplique con rigor. Misiones no puede seguir siendo la capital nacional de la muerte al volante. Señor Mazal, la provincia espera acciones a la altura de la emergencia.

Fuentes: Primera Edición, El Territorio, Gobierno de Misiones, Archivo Fracrán Noticias.